La futbolista de Villa San Carlos, de 22 años, recibió la aprobación de la Asociación del Fútbol Argentino y marcó un hito en materia de igualdad de derechos.
“Aquello que un día me hizo pensar que no iba a ser nadie, que nunca iba a tener la oportunidad de ser feliz en mi vida hoy se revierte, hoy estaré cumpliendo una de las metas más grandes de mi vida, eso que creí indispensable, que nunca iba a suceder”, expresó la futbolista en sus redes oficiales.
Para habilitar a Mara, la AFA tomó como jurisprudencia la Ley 26.743 de Identidad de Género, sancionada en nuestro país en 2012. Esa ley, entre otras cosas, establece la obligatoriedad de que las personas trans sean tratadas de acuerdo a su identidad de género autopercibida.
A principios de este año, la joven, en diálogo con el diario Página 12, admitió haber tenido varios intentos de suicidio a raíz del bullying recibido a lo largo de su vida. “Mi idea, en ese momento, era llegar a la avenida y matarme abajo de cualquier vehículo que pasara”. Y contó que fue una amiga quien la agarró, se sentó con ella y la rescató.
En la misma línea, agregó en diálogo con el mismo medio: “Jugar a la pelota era una descarga emocional y lo sigue siendo. Pero en ese momento yo no quería vivir, tenía muchas ganas de matarme, no podía sobrellevar todo lo que atravesaba. Y el fútbol fue mi terapia y también mi manera de socializar, porque me permitió conocer un montón de gente“.
En su posteo oficial en las redes sociales, sumó: “Fue largo el camino, fueron muchos los obstáculos, muchos los miedos y tristezas”.
La inclusión de deportistas trans sigue siendo un debate abierto para todo el mundo del deporte. Por su parte, el Comité Olímpico Internacional (COI), aportó que ya no es “necesaria una operación para competir en la rama correspondiente a la identidad de género que expresan”, en referencia a los países que no cuentan aún con Ley de Identidad de Género.
“Hoy soy oficialmente jugadora de la máxima categoría del fútbol femenino en Argentina”, expresó Mara en su posteo, con la alegría propia y compartida por muches de una conquista que se expande cada vez más y ya no pueden detener.
