Se registró un femicidio cada 29 horas desde en el primer semestre del año

La organización Mujeres de la Matria Latinoamericana (Mumalá) informó que en el primer semestre del 2020 se registraron 143 femicidios en el país, lo que equivale a una mujer asesinada cada 29 horas.

El informe a su vez indica que hubo 135 intentos de femicidios en todo el país y que hay 18 muertes violentas que se encuentran en investigación, fallecimientos que, de confirmarse, aumentarían las estadísticas. A su vez se registraron 2 trans/travesticidios.

De los 143 casos, 128 fueron asesinatos directos, mientras que los femicidas también tomaron al vida de 7 mujeres o niñas, y de 6 varones o niños; como consecuencia de estos hechos 177 niñes quedaron huérfanos.

Silvia Ferreira, coordinadora de Mumalá, dialogó con la agencia Sputnik y dijo: “la situación grave continúa a pesar de la cuarentena“y agregó, “los femicidios son el único crimen que no han descendido en el marco de la pandemia“. A pesar del aislamiento preventivo y obligatorio la cantidad de femicidios no disminuyó. Desde el 20 de marzo se registraron 80 asesinatos y 79 intentos.

El 41% de las muertes se dio a manos de su pareja, mientras que en el 22% de los casos los asesinos fueron sus exs. El 12% fueron conocidos de la victima y 13 por ciento fueron familiares. El 36% se realizó en el domicilio de la mujer, mientras que el 32% se dio en el hogar que compartía con su femicida.

Dos de cada 10 mujeres había presentado una denuncia penal contra su agresor y en el 21% de los casos el mismo terminó suicidándose.

Las provincias con la tasa más alta de femicidios en relación a la cantidad de habitantes son: Tucuman, Catamarca, Misiones y Salta; con un femicidio cada 100 mil habitantes. Pero el lugar donde hay mayor cantidad de casos es en la Provincia de Buenos Aires, donde se registraron 60 femicidios; pero su número de incidencia por habitantes es del 0,6.

En su publicación Mumalá exige: “declarar la Emergencia Nacional en violencia de Género; la implementación de la Ley de Educación Sexual Integral de manera transversal y la aplicación efectiva de la Ley Micaela de capacitación obligatoria en género y violencia de género en todos los ámbitos del Estado, desde una perspectiva feminista, diverse – disidente”.