Luego de la muerte del oficial Juan Pablo Roldán por parte de un paciente psiquiátrico, el Vicejefe de Gobierno porteño afirmó que reactivará la compra de 300 Taser. Vuelve la polémica por el posible uso de las pistolas como elemento de tortura.
El Vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, confirmó la reactivación del proceso de licitación para dotar de 300 armas taser a la Policía de la Ciudad. Esta aceleración es producto de la muerte del oficial Juan Pablo Roldán, asesinado por un paciente psiquiátrico que murió luego a raíz del mismo hecho. Funcionarios del gobierno porteño aseguran que si el efectivo hubiera contado con una pistola taser, la tragedia se hubiera podido evitar.
Sin embargo, según consigna Pagina 12, la legisladora porteña Claudia Neira, del Frente de Todos, puso en duda que la presencia de ese elemento tecnológico hubiera podido evitar la tragedia. Por su parte, la legisladora Ana María Bou Pérez, de Vamos Juntos, sostuvo que las Taser no pueden ser usadas contra pacientes psiquiátricos.
Santilli insistió en que “hay que dotar a la policía de las herramientas necesarias para desempeñar su trabajo con armas de baja letalidad, como una tonfa, una pistola Taser: hay que ir equipándolos”. Por eso, el martes “se reinició el proceso de licitación de Taser”
Desde 2010 el Gobierno porteño pretende equipar a la policía con pistolas Taser, un elemento que fue cuestionado por los organismos de Derechos Humanos, que consideran que pueden llegar a ser utilizadas como “elementos de tortura” contra las personas detenidas por la policía. La advertencia se debe a que la tortura y el gatillo fácil policial siguen siendo un problema sin solución desde el retorno de la democracia.
Sobre el tema, la diputada porteña Claudia Neira, del Frente de Todos, declaró que “el uso de estas armas merece un debate sin demagogia, sin utilizar el dolor de hechos terribles como el del pasado lunes, y también sin prejuicios ideológicos”. La legisladora cuestionó “el aprovechamiento” del caso del policía asesinado, como si pudiera asegurarse que lo que pasó “se hubiera podido evitar”.
Sobre la oposición de los organismos de Derechos Humanos al uso de estas pistolas, Neira dijo que tales objeciones “deben ser parte del debate, incorporarlas, dado que lo que hay que hacer es construir consensos democráticos que le den a la ciudadanía la seguridad de que está compatibilizando, de la mejor manera, dos elementos clave como son la efectividad en materia de seguridad y los límites”.
Por su parte, Ana Maria Bou Perez, legisladora porteña de Vamos Juntos detalló que “si bien algunos sostienen que el uso de la Taser hubiese evitado la muerte del agente, la utilización de estas armas tiene muy reglado dónde, en qué circunstancias y contra qué tipo de agresores utilizarlas”. Puntualizó que “una de las contraindicaciones es usarlas en pacientes psiquiátricos”, en relación directa con el caso que reactivó la polémica sobre las Taser.