Organizaciones sociales denunciaron ayer el fallecimiento de “Winnie” Leandro, un hombre que vivía en situación de calle en el barrio de San Telmo. Desde el Frente de Todos en la Comuna 1 denunciaron ayer que la historia de “Winnie” es un ejemplo más del “abandono del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires”.
Les integrantes de las diferentes corrientes sociales que sostienen ollas populares en el barrio de San Telmo notaron la ausencia de Leandro durante el día. El hombre lleva varios años viviendo en la calle y fue encontrado sin vida en la esquina de San Juan y Defensa, rodeado de patrulleros.
Winnie, arrastraba varias enfermedades, pero rechazaba dormir en los dispositivos del Gobierno porteño, esto llevo a construír una relación estrecha con las organizaciones de la zona. Desde la asamblea de la Plaza Dorrego comunicaron al medio El Grito del Sur: “De la ranchada del Banco Itaú, donde paraba, se fueron muriendo Cecilio, Seba y alguno más. Se murieron todes. En dos años esa ranchada desapareció del barrio”.
Las comuneras Luciana Grossi y Sofía Gonzales afirmaron que: “Leandro pasó varias enfermedades sin asistencia técnica. En el último tiempo había empeorado bastante. Logró curarse con la asistencia de los vecinos, pero quedó claro el abandono del Gobierno de la Ciudad, la falta de políticas públicas integrales y de recursos. Fue otra muerte anunciada”.
“Lamentamos la muerte de Leandro, otra persona en situación de calle en la Ciudad. Exigimos que se esclarezca su muerte. El Gobierno de la Ciudad debe hacerse cargo de las desigualdades que vacían de derechos a las personas y delinear políticas urgentes para revertir la situación”, aseguró el legislador porteño del FdT Matías Barroetaveña.
También se refirió al hecho Lorena Pokoik, legisladora de la ciudad: “Una nueva víctima de la ausencia del GCBA. Lo más triste, una muerte que era evitable”.
La de Leandro fue al menos la sexta muerte de una persona en situación de calle en lo que va de la cuarentena. Como la Ciudad no lleva registros oficiales ni comunica las muertes, el relevamiento lo llevan las organizaciones sociales a través de sus redes de solidaridad.
Así sucedió con Agustín Lara, un pibe de 16 años que fue encontrado muerto en el microcentro allá por junio; con Leonardo Macrino, hallado sin vida un mes más tarde en Montserrat, tres días después de haber sido desalojado; con el caso de una mujer que murió de frío en Plaza San Martín, en Retiro, cuando cursaba un embarazo de cinco meses; y con dos asesinatos, uno en Constitución, en julio, que la Justicia determinó que se trató de un femicidio, con fuego intencional, y otro en Barrancas de Belgrano, todavía sin resolver, de un joven de 33 años que según los vecinos y las vecinas de la zona era hostigado permanentemente por la Policía.
Fuente: El grito del sur