Considerando un escenario en el que todos los abortos se realizan de la forma más recomendada por la OMS, los costos descienden de 51.902 a 5.907 millones de pesos anuales.
En la Argentina, los abortos clandestinos no solo cuestan la vida de las mujeres sino que también le cuestan más dinero al país. Según la actualización del estudio “Abortos seguros e inseguros: Costos monetarios totales y costos para el sistema de salud de la Argentina en 2018“, de las investigadoras Sonia Tarragona y Malena Monteverde, los costos de servicios médicos en promedio de los abortos inseguros son diez veces superiores que la inversión en garantizar la provisión de tecnología moderna e innovativa.
Durante la exposición que dio comienzo a una nueva discusión del proyecto de interrupción voluntaria del embarazo el ministro de Salud Ginés González García afirmó que bajo el escenario actual de ilegalidad a valores de octubre del 2020, los tratamientos hospitalarios e internaciones por diferentes complicaciones que puedan surgir le cuestan a la Argentina 51.902 millones de pesos anuales -y esto estimando un número muy conservador de 457.553 abortos por año.-
“Ahorrar internaciones, ahorrar dolores, ahorrar muertes, ahorrar dinero. Es todo ganancia. No pierde nadie. Nadie va a ser obligado ni incentivado. Muy por el contrario, quien quiera continuar con el embarazo vamos a darle mucho más apoyo del que tuvo hasta ahora. La idea es que no se transforme en una tragedia, tanto si quiere abortar como si quiere continuar con el embarazo”, dijo el Ministro Ginés Gonzalez García a Página 12, sobre el impacto de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en la salud pública.
La Organización Mundial de la Salud estima que el 74 por ciento de los abortos ilegales en América Latina terminan tomando contacto con el sistema de salud ya sea para una consulta o producto de un aborto incompleto, aumentando el costo tanto para el sistema público como privado. De acuerdo al informe, los tratamientos menos costosos son para finalizar abortos incompletos, entre 35 mil y 86 mil pesos promedio; seguido del tratamiento por hemorragia severa que cuesta entre 98 y 171 mil pesos. A medida que los cuadros son más graves, los tratamientos son más costosos.
Del total de abortos inseguros que se complican y por lo tanto toman contacto con el sistema, el 50,8 por ciento requerirá un raspaje para finalizar un aborto incompleto, 14,4 por ciento necesitará tratamiento del foco séptico, el 1,6 por ciento presentará una septicemia, el 7,2 por ciento deberá ser tratado por una hemorragia severa, el 1,1 por ciento habrá sufrido lesiones graves en útero, vejiga o intestino, y el restante 0,4 por ciento presentará un shock séptico que, en el 90 por ciento de los casos, conducirá a la muerte.
En la otra cara de la vereda, los abortos seguros, es decir, los recomendados por la OMS, son muchísimo más baratos para la economía del país. El más recomendado por la OMS es el uso de misoprostol (aborto medicamentoso), luego la aspiración manual endouterina como segunda línea y la dilatación y el raspaje como opción menos segura, pero no insegura si lo realiza personal capacitado. En todos los casos, los riesgos son mínimos y las intervenciones quirúrgicas son simples por lo que presentan menores costos; sin contar el ahorro que acarrea cualquier complicación resultado de una práctica de aborto insegura.
El costo unitario por prácticas de aborto seguro alcanza los $6082 pesos con misoprostol, y más del doble (15.620 pesos) con aspiración manual intrauterina. Considerando un escenario en el que todos los abortos se realizan de la forma más económica, con medicamentos, los costos descienden de 51.902 a 5.907 millones de pesos anuales.
Un dato no menor es el referente a la fabricación de misoprostol. En la provincia de Santa Fe, el Laboratorio Industrial Farmacéutico (LIF) estatal es quien fabrica y provee el medicamento. La expectativa es que, en caso de que se apruebe la ley, puedan haber otros laboratorios estatales encargados de producir el medicamento.