La muerte de dos referentes del Barrio Padre Mugica dejan al Gobierno porteño en el ojo de la tormenta

Durante este fin de semana, en el Barrio Padre Mugica (ex-Villa 31), se registraron las muertes de Víctor Giracoy, referente de más de 25 años en el comedor “Estrella de Belén”, y de Ramona Medina, quien se dio a conocer públicamente cuando subió a las redes un video que se viralizó, en el que reclamaba por la falta de agua en el barrio.

Estas pérdidas llevaron la tensión al límite y exacerbaron los ánimos de los vecinos del barrio quienes responsabilizan al Gobierno de la ciudad por su total ausencia y negligencia ante esta situación. Silvana Olivera, integrante del Comité de Crisis del Barrio Mugica, señaló: “Para nosotros esto es el límite, la gota que hace rebalsar el vaso” y agregó: “Larreta va a tener que cargar con esta muerte”.

El Comité viene exigiendo respuestas al gobierno porteño por las malas condiciones habitacionales y alimenticias dentro de la villa. Con más de 1.200 casos confirmados en los barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires, de los cuales más de la mitad pertenecen al Barrio Padre Mugica y, tras las muertes recientes, el Comité de Crisis convocó a una conferencia de prensa para este lunes al mediodía en la Parroquia Cristo Obrero. En ella exigirán al Gobierno porteño la declaración de la emergencia sanitaria, habitacional y alimenticia, así como la intervención del Gobierno Nacional.

Ramona Medina era referente y comunicadora de la agrupación La Poderosa en el Barrio Mugica. Vendía pan casero y otros productos de panadería que cocinaba en su casa, donde vivía junto a sus hijos y su marido. En un video, grabado el 3 de mayo, Ramona muestra el baño de su casa y abre la canilla, de la que no sale ni una gota. “Todos los días nuevos casos, nuevos vecinos, y nosotros seguimos sin agua”, denunciaba en el video y advertía sobre “el miedo a contagiarnos este virus que es terrible”.

Transcurrieron 27 días desde el primer caso positivo de coronavirus en el Barrio Mugica, el primero registrado en los barrios vulnerables de la Ciudad de Buenos Aires. Desde entonces, los vecinos y vecinas de la villa, donde viven más de 40 mil habitantes, denunciaron la irregularidad en el servicio de agua potable y saneamiento, una herramienta básica para prevenir el contagio del virus. Bajo Autopista, San Martín y Playón Oeste fueron los sectores más afectados por la falta de agua, que en algunas casas no volvió durante más de 10 días.

Sonia Lozano vive a la vuelta de la casa de Ramona en la manzana 35 y, junto con ella, reclamaba por las condiciones de hacinamiento en el sector. “Yo quisiera que vengan y vean cómo está el barrio, porque acá en mi zona yo no veo ni siquiera que vengan a desinfectar”, relató y advirtió, al medio Página 12,  que “la ayuda llega solo a las partes de adelante, para la foto. Lo demás es todo abandono, como si quisieran que toda la villa se infectara”.

“Ramona murió luchando”, afirmó Sonia. “Estoy muy enojada, muy dolida, y días como hoy no me dan las fuerzas para seguir luchando. Pienso en personas como ella, que se van sin obtener ni siquiera una casa digna, porque eso era lo único, lo mínimo que pedía”, señaló la mujer.

“Como vecinos la situación nos supera, no podemos más”, advirtió David Lugones, integrante del Comité de Crisis y vecino del barrio, y agregó que, cuando se confirmó el primer caso positivo en el barrio, “dijimos que la situación iba a desbarrancar y nunca nos escucharon”. Lugones ayuda a su madre a administrar uno de los 63 comedores que siguieron funcionando durante la cuarentena, de los cuales 42 no reciben alimentos de parte del Gobierno de la Ciudad.

 

Fotografía por: La Nación