El jefe de Gobierno porteño consiguió aprobar la Ley de Emergencia Económica, que le da amplias facultades para reasignar partidas. El Frente de Todos y la izquierda votaron en contra.
Entre barbijos, alcohol en gel y una Legislatura vallada a pesar de la cuarentena, se probó ayer en el Salón Dorado la Ley de Emergencia Económica que le otorga amplias facultades al Jefe de Gobierno Horacio Rodriguez Larreta para reasignar partidas y congelar programas.
Fue votada con 38 votos afirmativos de Juntos por el Cambio en todas sus variantes: PRO, UCR y el sector de Martín Lousteau, el Partido Socialista y el GEN. Tuvo 21 votos en contra, del Frente de Todos y de la izquierda.
Esta ley de Emergencia Económica le da la facultad al Gobierno porteño para reasignar partidas en función de la crisis y suspender programas que no considere esenciales. También congela la planta de empleados estatales, permite renegociar contratos y concesiones, habilita a generar planes para incentivar el pago adelantado de impuestos.
Desde el Frente de Todos, señalaron que a priori no estarían en desacuerdo con votar una ley de emergencia económica, pero que la ley debería tener mayores límites. “Sabemos que es necesario una Ley de Emergencia Económica en la Ciudad para combatir al coronavirus, pero no estamos dispuestos a darle un cheque en blanco al Gobierno porteño y otorgarle superpoderes que, además, están prohibidos por la Constitución“, indicó a Pagina 12 el legislador Santiago Roberto.
A su vez, señalan que el proyecto de ley no aclara dónde van a ir los recursos para combatir esta pandemia y que es fundamental que la reasignación de partidas llegue a los comedores y sirva para resolver la emergencia habitacional de los barrios vulnerables.