Se trata de un predio ubicado en los terrenos aledaños al club Ferrocarril Oeste en los que la empresa IRSA intenta hace años construir. Los vecinos acusan que el proyecto es fraudulento y que dejará un daño irreparable.

Esta semana, vecinos del barrio de Caballito presentaron un amparo a la justicia para que frene la construcción de dos torres y un centro comercial pertenecientes a la empresa IRSA, en los terrenos de Avellaneda al 1400, aledaños al club Ferrocarril Oeste.

Los demandantes afirman que se violó el Código de Planeamiento Urbano y que los terrenos fueron adquiridos fraudulentamente con la intervención de un juez luego destituido. Expresan su preocupación porque si se concreta el proyecto, se producirá un daño irreparable al medio ambiente y a los habitantes del barrio.

Ante esta situación, el Juez Darío Reynoso notificó al Gobierno de la Ciudad para que, en un plazo de cinco días, se expida sobre un pedido de suspensión de las obras. El mismo plazo se fijó para que IRSA conteste la medida cautelar pedida por el Consejo Consultivo Comunal 6 de Caballito y por la Junta Comunal.

Asimismo, el Consejo Consultivo y la Junta Comunal aseguraron que a pesar de las restricciones producto de la pandemia -en las que las únicas actividades de construcción permitidas son las de emergencia-, se están realizando tareas de preparación de terrenos en el lote en cuestión.

Con esos argumentos se solicitó la medida cautelar que el Juez Reynoso dejó supeditada a la eventual respuesta de los demandados, aunque exigió al Gobierno porteño copias digitalizadas del permiso que se habría otorgado para comenzar las obras.

A su vez, el pasado 16 de julio autoridades de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) mantuvieron una reunión virtual con vecinos de caballito por este tema. En dicho encuentro las organizaciones de vecinos dieron a conocer al organismo nacional un documento que recopila la historia de compra y venta de ese espacio ubicado en la avenida Avellaneda al 1400.

Efectivamente los terrenos pertenecen al grupo IRSA, que hace 10 años intenta construir allí un shopping y un conglomerado de departamentos. Su impedimento es que para lograrlo, necesitan un cambio de zonificación de la superficie por parte de una ley de la Legislatura porteña.

Esto se intentó cinco veces en la Legislatura, pero nunca fue aprobado debido a la falta de los votos necesarios para habilitar un emprendimiento con un tope de 28.000 metros cuadrados para un centro comercial que tendría nueve pisos de altura, cines y un estacionamiento.