Federico Anzardi: “Para mí, más que el disco, el protagonista del libro es Fito”

Entrevistamos a Federico Anzardi sobre el lanzamiento de su libro “Hay cosas peores que estar solo. Fito Páez y Ciudad de Pobres Corazones”, editado por Gourmet musical.

Revisar la historia de Fito Páez es adentrarse en un recorrido extenso que va más allá de sus casi 25 discos. Es entender que detrás de cada canción, cada letra y cada acorde hay un porqué que expresa los sentimientos y pensamientos del artista. 

El periodista Federico Anzardi eligió meterse en el más oscuro de los mundos que rodean al trovador rosarino e investigar cómo se gestó el disco Ciudad de Pobres Corazones; esa placa en la que Fito plasmó todo su dolor y tragedia por el asesinato de su abuela y su tía abuela; quienes lo criaron tras el fallecimiento temprano de su madre; Margarita. 

¿Cómo surgió la idea del libro? ¿Por qué abordar Ciudad de pobres corazones, un disco tan oscuro?

La idea original era un artículo -que de hecho salió- por los 30 años del disco en La Agenda, una revista cultural del Gobierno de la Ciudad. Pero a medida que la iba haciendo yo ya me daba cuenta de que la historia daba para mucho más. Yo conocía a Leandro Donozo, que es el editor de Gourmet Musical, así que le propuse hacer un libro con eso una vez que estuviera publicada la nota y me dijo que sí, así que avanzamos. En un punto nunca paré de trabajar, yo seguí investigando. Así se fue dando, durante estos cuatro años pude entrevistar a mucha gente, serán unas 80 personas entre entrevistados y gente que me habló, que no necesariamente era entrevistada, pero con quienes me junté y me contaron cómo era la escena de rock de Rosario en los 80’, o cosas de Fito, o el tema policial.
A Fito pude entrevistarlo en 2018, porque para la nota no lo había conseguido, y se interesó mucho en el proyecto del libro. Y bueno, básicamente me habló del disco, y paralelamente yo iba armando la historia, que primeramente mi intención era armar un libro más nerd, más “ñoño”, por decirlo de alguna forma, es decir, para fans muy fans, que quieren saber desde qué marca de teclado usaba, hasta cuántas referencias a la madre hay en sus canciones. 

Ahora, ¿A Fito cómo le cayó la idea del libro? Porque imagino que rever esta parte de su historia no es algo que suela hacer mucho. 

No, es cierto. Yo lo que le propuse fue hablar del disco, no ahondar tanto sobre los crímenes, que si bien era inevitable tocarlos porque fueron el disparador, yo lo que le dije era que no me interesaba ser morboso, ni amarillista, y eso creo que lo convenció un poco. De hecho creo que el libro no cae en el morbo para nada, traté de ser muy cuidadoso, porque me parecía que no sumaba hacer una crónica policial explícita. Si bien hay textos policiales donde se cuenta todo el desarrollo de la investigación policial y los asesinatos, traté de no caer en el mal gusto. Me parece que eso lo convenció y pudimos charlar tranquilos a partir de eso. 

El libro te va llevando a una crónica del disco en sí, más que del hecho. Desde las composiciones a cómo llega a escribir cada canción, hay un poco de crónica en toda la historia. 

Sí, sí, está, pero no es lo principal. Por eso el crimen está en la introducción nada más. Para mí, más que el disco, el protagonista es Fito, y cómo avanzó durante esos meses. También creo que es el protagonista porque yo a medida que avanzo en la historia voy entrelazando historias de ese momento con historias del pasado. Tenés al Fito de Giros, al de Del 63, al de Baglietto, al adolescente. Te vas metiendo en la historia, conociéndolo y viendo cómo cambia. Por eso yo te decía que al principio quería hacer un libro con mucho detalle, para fans, y después de alguna manera no me gustó el tono que le estaba dando y lo adapté a uno más narrativo. Cuando encontré el tono definitivo, que es el que tiene ahora, mi intención dejó de ser hacer un disco para fans, sino hacer un libro para que lo lea cualquiera; el fan de Fito, alguien que no lo conoce o incluso alguien a quien Fito no le cae bien. 

 

El libro resalta la compañía y el apoyo que tuvo Fito en lo que fue uno de los peores momentos de su vida, el relato se va complementando con comentarios de les amigues que lo ayudaron.

Cuando entrevistaste a muchos y muchas amigos y amigas de Fito, al recordar esa época, ¿hubo algo en lo que todos y todas coincidieron al resaltar? 

Coincidieron en destacar la voluntad que tuvo Fito para salir adelante una vez que pudo ponerse de pie. Porque los primeros al principio lo pasó bastante mal, pero unos 10 días después de haber estado varias jornadas encerrado, con pastillas, alcoholizado, sin saber muy bien qué hacer y muy enojado, empezó a componer. Lo primero que hizo fue escribir Ciudad de pobres corazones, la canción. Y a partir de ahí, más allá de algunos altibajos, nunca dejó de trabajar, siempre hizo música y se mantuvo, en eso coincidieron todos respecto de ese período. Después coincidieron en describir a Fito como una persona muy segura de sí misma y que tuvo siempre a la música y a hacerla como su objetivo principal. La música y su interés por el arte siempre estaban por encima. Y me parece que eso se ve en el período de Ciudad de pobres corazones, donde no sabía muy bien qué hacer con su vida porque los crímenes de sus abuelas lo volvieron una persona muy insegura respecto a sus convicciones, a sus creencias, y a su vida en general. Entonces, tenía una vida muy desordenada, pero siempre tuvo en claro lo que quería hacer con su música. 

 

Una de las personas que más lo acompañó fue Liliana Herrero quien toma un papel protagónico en la semana posterior a los asesinatos. En sus declaraciones invita a les oyentes de fito a re-escuchar y repensar sus letras; y encontrar que hasta sus temas más alegres tienen alguna frase que remite al dolor del músico en esta época. 

En el libro Liliana Herrero habla de que todo el mundo ve cómo Fito se transformó en esa época y cómo esto comienza a atravesar el resto de su vida. Cita varias de sus canciones y dice que su obra fue desde entonces transversal a este hecho. ¿Te hizo repensarlo de esa manera? 

No sé, porque yo creo que tenía esa idea muy presente ya. En mi caso porque lo escucho desde hace años, desde que era niño. Siempre tuve la referencia, pero claramente para hacer este laburo me propuse escuchar todas sus canciones, incluso las posteriores a Ciudad de pobres corazones y empecé a notar mucho más ese sentimiento que yo no sé bien si es nostalgia, si es melancolía o qué, pero esa cosa de la infancia perdida o incluso de la ausencia porque también habla mucho de su madre y no solamente en sus canciones, sino también en los libros, las películas. 

Su mamá Margarita falleció cuando él tenía 8 meses, entonces en un punto nunca la conoció y siempre la tuvo como una imagen de lo que le contaban, lo que él veía en la foto, en discos de pasta grabados en las radios municipales de Rosario donde su mamá tocaba el piano. Tiene esa imagen y eso se reproduce en un montón de lados y también la idea de la ausencia, del hijo sin madre, se repite en su novela La puta diabla y en su película Vidas privadas, también en canciones varias. Al repasar eso sí lo noté mucho más, pero siempre supe que Fito hablaba de eso porque siempre habla de él. Pensá que la primera canción de su primer disco dice “nací en el 63” así que de ahí en adelante es todo él básicamente. Pero es cierto lo que dice Liliana que al ser una canción tan conocida Mariposa Technikolor, que es la que pone como ejemplo, mucha gente no piensa de qué habla o qué es lo que dice. 

Algo de lo que me di cuenta al leer el libro es que todo ésto le pasa a Fito con 23 años, era muy chico. Transmitís muy bien la tristeza que él atraviesa cuando se entera allá en Brasil, y cómo toda la gente que lo rodea empieza también a acercarse. ¿Cómo fue para vos escribir sobre todo esto? 

Sí, a mí me sigue sorprendiendo la edad que tenía en ese momento. Si te ponés a pensar, siempre me sorprende la edad, no sólo que tenía en ese momento, sino la que tenía cuando compone los temas de Baglietto, que tenía 18 o cuando tocaba con Charly, que tenía 21. Pasa que son momentos diferentes los musicales, donde uno puede resaltar el talento a tan corta edad y la de pensarlo desde el lado de los crímenes, pensando cómo se manejó con una mochila tan pesada. Y pensá que lo tengo muy masticado el tema, pero si me detengo a pensarlo es sorprendente y abrumador. Si lo pienso, la mayoría de la gente -y me incluyo-, de estar en su lugar, hubiera reaccionado de otra forma. Él pudo salir y creando semejante obra. También es cierto que el apoyo de sus amigos, de Baglietto, de Charly, de Fabiana Cantilo, fue muy importante. Pero bueno, él quiso salir y fue el principal motor de esa salida. 

Sí, y también eso da un poco cuenta del amor qué Fito tenía por estas personas, por el Flaco, por Charly, por Fabiana. Quizás ahí uno puede entender más por qué tanto cariño, viéndolos como un salvavidas que tuvo él en ese momento de su vida. 

Sí, totalmente, es como vos decís. Cuando habla de Charly, que lo ama, lo ama por su música, que cuando lo vio por primera vez en Rosario en el 76 se dio cuenta de que quería ser músico de rock, pero también por estos momentos, porque cuando ocurren los crímenes de sus abuelas en el 86, que Fito estaba en Río de Janeiro, Charly estaba ahí con él y se quedó cuidándolo casi como un hermano mayor. Así que le tiene ese amor a Charly, a Spinetta, a Fabiana, mucho más que por lo musical. 

No sé si es porque lo habrás investigado mucho, pero te siento muy fanático de Fito. ¿Cómo aparece él en tu vida? 

Sí, sí, me encanta su música, y ahora puedo hablar de todo porque estuve cuatro años siguiéndolo con demasiado detalle y de momento tengo muy frescos los datos. La primera vez que lo escuché fue en el 92’, quizás antes, pero tengo ese recuerdo cuando sale El amor después del amor. Yo tenía 9 años y todas las familias argentinas de clase media creo que teníamos ese disco. 

¿Y ahí empezaste a explorar vos solo su discografía y su historia?

Claro, de ahí en más lo seguí y después mis hermanos más grandes me pasaban discos, casettes, me contaban lo que había pasado antes y ya todo el resto es historia. Siempre estuvo ahí sonando Fito. 

“Hay cosas peores que estar solo”, refleja el enojo, la tristeza y el resurgir de un joven Fito Páez al cual se le viene el mundo abajo en pleno crecimiento de su carrera artística. Tenemos en nuestras manos un excelente libro de rápida lectura y apto para toda persona que quiera interiorizarse en cómo se gestó el disco más furioso del trovador rosarino.

 

Por Santiago Abregú y Laila Masón