Impulsan un juicio de la verdad por la Masacre de Napalpí

Tras 97 años La Unidad Fiscal de Derechos Humanos de Resistencia, Chaco, impulsa ante los Tribunales Federales de esa provincia la realización de un juicio por la verdad tras finalizar la investigación de la masacre de Napalpí.

Tras 97 años La Unidad Fiscal de Derechos Humanos de Resistencia, Chaco, impulsa ante los Tribunales Federales de esa provincia la realización de un juicio por la verdad tras finalizar la investigación de la masacre de Napalpí, ocurrida en julio de 1924, sobre la cual se recolectaron testimonios de sobrevivientes y documentos históricos que permitieron establecer que se trató de un delito de lesa humanidad.

La Masacre de Nalpalpí tuvo lugar el 19 de julio de 1924, durante la presidencia del radical Marcelo T. De Alvear, cuando una formación de 130 policías, gendarmes y grupos de paramilitares reprimieron con armas de fuego las protestas de integrantes de los pueblos Qom y Mocoi que formaban una comunidad en el paraje El Aguará, en los departamentos Quitilipi y 25 de Mayo, en la zona central del Chaco.

La orden dada por el gobernador del entonces territorio nacional del Chaco, Fernando Centeno, pasó por acallar el reclamo de integrantes de pueblos originarios y de criollos que residían en las inmediaciones y que exigían una justa retribución por la cosecha de algodón, como también poder salir a trabajar hacia los ingenios de Salta y Jujuy, donde se ofrecía una mejor paga,

Según la información recabada por historiadores, sumada al expediente por la Unidad Fiscal, se estima que durante 45 minutos la policía tiró más de 5 mil balas de fusil sobre la población de Napalpí.

Se calcula que hubo más de 400 muertos entre integrantes de comunidades originarias y cosecheros de Santiago del Estero, Corrientes y Formosa, aunque el 90 por ciento de todos los asesinados pertenecían a las etnias Qom y Mocoi

Unos 38 niños lograron escapar de la matanza aunque muchos de ellos terminaron reducidos a la servidumbre en los poblados de Quitilipi y Machagai, mientras que el resto murió, y tan solo 15 adultos lograron sobrevivir.

Entre esos testimonios de los supervivientes se encuentran los de Pedro Balquinta y Rosa Grillo, quien tiene más de 100 años y en la actualidad es la única persona viva que presenció aquel genocidio.