Luego de que en diciembre el Gobierno Nacional reconozca a las trabajadoras de la economía popular como esenciales, la UTEP logró que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires destine 10 mil vacunas para las trabajadoras comunitarias de los barrios populares.
Desde el comienzo de la pandemia, las trabajadoras de la economía popular vienen exigiendo un reconocimiento de las tareas de cuidado que realizan todos los días en sus barrios. No solo fueron las encargadas de mantener los comedores y merenderos, poniendo platos de comida para todos, sino que también recayó sobre ellas la mayor parte de las tareas de prevención y cuidados contra el contagio y propagación del COVID-19.
Es por ello que el Gobierno Nacional anunció en diciembre pasado un bono de $5.000 para 50 mil trabajadores sociocomunitarios beneficiarios del “Potenciar Trabajo” y agregó un plus de $6.000 para quienes reciben la Asignación Universal por Hijo, más de un 90% madres.
Ahora la UTEP (Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular) fue por más y logró que el Gobierno porteño contemple como grupo prioritario para la vacunación a 10 mil promotoras territoriales de salud, educación, ambiente y género de los barrios populares.
“En el marco de lo que son los ámbitos de diálogo que ya teníamos con el Gobierno de la Ciudad a partir del armado del Comité de Crisis y las Postas Sanitarias en barrios populares, lo que hicimos fue articular para que se reconozca el trabajo de las compañeras. En la Ciudad hay 490 comedores asistidos reconocidos por el Gobierno porteño, pero nosotros calculamos más o menos el doble entre los no reconocidos y los que funcionan con ayuda de Nación. Teniendo en cuenta un promedio de 10 personas por cada uno, se llega a 10 mil compañeras con esta propuesta”, explicó a El Grito del Sur Nahuel Casademunt, referente de la UTEP y militante del Movimiento Evita.
La vacuna Sputnik V ya comenzó a aplicarse en el personal de salud, un universo de aproximadamente 760 mil trabajadores y trabajadoras. Las siguientes dosis, que recientemente fueron aprobadas por la ANMAT, serán destinadas a mayores de 70 y personas que viven en geriátricos, personal de las Fuerzas Armadas, de Seguridad y de servicios penitenciarios, adultos de entre 18 y 59 años que presentan factores de riesgo, personal docente y no docente y “otras poblaciones estratégicas definidas por la jurisdicción” entre las cuales entrarían las promotoras.
Desde que comenzó la pandemia, la UTEP ya articuló con la Ciudad de Buenos Aires la creación del Comité de Crisis, las postas sanitarias y el programa “El Estado en tu Barrio”. A nivel nacional, entre otras iniciativas, se creó el Renatep (Registro Nacional de los y las Trabajadores de la Economía Popular). A finales de diciembre, en el registro ya llegaban cargados 17.496.32 inscriptos con un 57% de mujeres. El 32% equivale a la categoría de trabajadores sociocomunitarios, dentro de la cual un 61% atiende comedores y merenderos, un ámbito ampliamente feminizado. “A nivel nacional se ha logrado trabajar muy fuerte con la institucionalización de la economía popular con la ley de Emergencia Social y el Potenciar Trabajo. En la Ciudad también estamos dando grandes pasos en ese sentido. El hecho de que la Legislatura haya votado el año pasado la ley de Economía Popular muestra la necesidad de reconocerla como tal y dar herramientas que permitan mejorarla,” sumó Casademunt al mismo portal. “La vacunación de las compañeras va en el mismo sentido de dar a entender que esto no es trabajo voluntario sino que debe ser reconocido”.